Una montereña, ex-servidora pública municipal, de gran trayectoria en el desempeño de sus funciones, durante su existencia se dedicó a servir a los ciudadanos de nuestro municipio, sin distinguir raza, credo político o religioso; notable mujer, franca y sincera que a su partida de este mundo dejó un gran vacío en la sociedad montereña.

Esta distinguida dama, en vida y en virtud a los años de servicios realizados en beneficio de nuestro municipio, se destacó notoriamente en el ejercicio de sus funciones, ganándose con esfuerzo propio un alto sitial en la historia de Montero, constituyéndose en ejemplo digno de imitar.